Hay decisiones que no se toman mirando balances, sino mirando mapas.
Una de ellas es la de instalar una sucursal de una compañía extranjera en Ecuador: un acto que mezcla expansión, esperanza y un toque de vértigo. He visto llegar a empresas como quien llega a un puerto nuevo después de atravesar océanos: con la madera del casco aún húmeda, pero con la mirada firme.
Esta guía tiene por objeto entregar una comprensión completa, práctica y humana de lo que implica radicarse en Ecuador: los requisitos legales, los pasos administrativos, las previsiones fiscales y laborales, y los detalles que marcan la diferencia entre un desembarco ordenado y uno caótico.
La información que sigue es la brújula con la que se debe navegar.
Radicar una sucursal es permitir que una empresa extranjera opere en Ecuador como una extensión viva de la casa matriz. No nace una persona jurídica nueva: la misma empresa, con su historia y su responsabilidad, se instala aquí, bajo reglas ecuatorianas.
Desde el primer día, la sucursal debe someterse al régimen local: tributario, societario, laboral, contractual y administrativo.
Es, en cierto sentido, un acto de doble ciudadanía empresarial.
Antes de comenzar el trámite, la casa matriz debe decidir si abrirá una sucursal o constituirá una sociedad local (es decir, una filial ecuatoriana).
La sucursal mantiene unidad con la matriz y opera bajo un permiso de operación; la filial nace como una empresa ecuatoriana, autónoma y separada en responsabilidad patrimonial.
Elegir mal la estructura inicial es como construir un edificio en un terreno equivocado. Todo lo demás se complica.
Para que Ecuador abra sus puertas corporativas, la empresa extranjera debe cumplir un proceso ordenado y documentado.
Poder y apoderado local
El primer ladrillo es el nombramiento de un apoderado en Ecuador, con facultades suficientes para representarla, firmar en su nombre, responder ante autoridades y actuar en juicios. Sin este representante, la sucursal queda muda.
Escritura de constitución de la sucursal
La matriz debe formalizar en escritura pública la decisión de radicarse. Allí constan la resolución societaria, el poder otorgado, su domicilio en Ecuador, su capital asignado, y los documentos corporativos necesarios.
Permiso de operación ante la Superintendencia de Compañías
Esta autorización es el corazón del proceso: sin permiso de operación no hay sucursal. Es el reconocimiento formal del Estado de que la empresa extranjera puede operar aquí.
Inscripción en el Registro Mercantil
El acto que convierte la intención en realidad. La sucursal nace jurídicamente cuando se inscribe.
Obtención del RUC y obligaciones tributarias
Al inscribirse en el Servicio de Rentas Internas, la sucursal entra al sistema tributario ecuatoriano: impuesto a la renta, IVA, retenciones, contabilidad en normas locales.
Desde ese momento, la sucursal ya no es visitante: es contribuyente.
Si la sucursal desea intervenir en contratación pública —procedimientos SERCOP— deberá:
inscribirse como proveedor en el sistema,
presentar documentos de la casa matriz y de la sucursal,
acreditar experiencia y capacidad económica,
mantener obligaciones tributarias e IESS al día,
y cumplir los requisitos específicos de cada proceso.
Contratar con el Estado ecuatoriano no es difícil, pero exige orden. Las entidades públicas miran con lupa cada documento. En estas aguas, la forma pesa tanto como el fondo.
La sucursal tributa por sus operaciones de fuente ecuatoriana, lleva contabilidad local, declara impuestos mensuales y anuales, afilia a sus trabajadores al IESS y se somete al Código del Trabajo.
Nada de esto depende de la voluntad de la matriz. Quien pisa suelo ecuatoriano, cumple reglas ecuatorianas.
Hay detalles que suelen descubrirse tarde:
la necesidad de una traducción oficial impecable,
poderes que deben venir apostillados o autenticados,
la importancia de asignar un capital razonable,
la responsabilidad solidaria de la casa matriz,
la vigilancia ex–post de la Superintendencia,
y la estricta trazabilidad documental al contratar con el Estado.
He visto sucursales retrasarse meses por un solo documento mal traducido o por un poder que omitía una facultad esencial. No subestime estos puntos: son el tendón de Aquiles del proceso.
Una vez radicada, la sucursal debe mantener sus libros societarios, actualizar representación, presentar balances anuales, conservar un expediente completo y cumplir auditorías cuando aplique.
Es, en esencia, una residente del sistema societario ecuatoriano. Y debe comportarse como tal.
Estas preguntas no son un anexo; forman parte del alma del proceso. Ninguna sucursal debería abrirse sin responderlas con honestidad.
¿Puede la sucursal contratar directamente con el Estado?
Sí, siempre que obtenga el permiso de operación, se inscriba en el RUC y esté habilitada en el sistema oficial de contratación pública.
¿La casa matriz responde por las obligaciones generadas en Ecuador?
En la práctica, sí. La sucursal no es una persona jurídica distinta; la matriz está detrás de ella como garante natural.
¿Qué ocurre si la Superintendencia revoca el permiso de operación?
La sucursal debe entrar en liquidación. No puede continuar operando ni celebrando nuevos actos.
¿Es obligatorio tener un apoderado domiciliado en Ecuador?
Absolutamente. Es su voz y su defensa ante autoridades y terceros. Sin él, la sucursal queda desamparada.
¿Cuánto tiempo toma radicar una sucursal?
Depende del país de origen y de la calidad del expediente. Con documentos correctos, pocas semanas. Con documentos incompletos, meses.
¿Debe llevar contabilidad separada de la matriz?
Sí. Ecuador exige contabilidad local propia de la sucursal.
Radicar una sucursal en Ecuador no es clavar una bandera; es fundar un hogar jurídico.
Es abrir una puerta a un nuevo mercado, con nuevos riesgos y nuevas posibilidades.
Las compañías que llegan ordenadas prosperan. Las que llegan improvisando tropiezan con su propio equipaje.
Acompañamos procesos de radicación desde hace décadas. Conocemos la temperatura de cada oficina, la curva de cada trámite y el ritmo de cada institución.
Si su compañía va a entrar a Ecuador, que lo haga con paso firme y documentos impecables.
Estoy listo para ayudarle a construir ese puente.