Hay empresas que llegan a la liquidación forzosa como un marinero que arriba a puerto con el casco astillado: endeudadas, desordenadas, con archivos dispersos y un silencio administrativo que dice más que cualquier reporte. La liquidación forzosa de una empresa deudora, decretada por la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros (SCVS), no es un castigo: es un procedimiento técnico para poner orden donde ya no queda dirección posible.
Este artículo explica —con la precisión que exige la Ley de Compañías y el Reglamento 2021— cómo se hace la liquidacion de una empresa con deudas, qué papel juega el liquidador, qué responsabilidades quedan y, fundamentalmente, cuáles son los pasos a seguir para liquidar una empresa bajo el mandato del Estado.
A diferencia de la liquidación voluntaria, la liquidación forzosa de una empresa deudora comienza sin participación de los socios. Es una orden del Estado. Las deudas impagas, la falta de contabilidad, el agotamiento del capital o la imposibilidad de continuar el objeto social suelen ser los antecedentes de esta decisión.
Una vez decretada la disolución de oficio, empieza la carrera jurídica: el liquidador es la figura clave en este proceso.
El liquidador no es un simple administrador final: es el cirujano encargado de abrir el cuerpo de la empresa y revelar su verdadero estado. En la liquidación forzosa, su nombramiento puede provenir directamente de la SCVS.
Es un cargo indelegable, y la ley prohíbe que sean liquidadores: acreedores, deudores, representantes legales, administradores o auditores recientes de la compañía. Desde la inscripción de su nombramiento en el Registro Mercantil, todo lo que haga la compañía para terminar la sociedad pasa por sus manos.
El Reglamento es claro: los administradores anteriores deben entregar al liquidador, en un plazo perentorio, toda la documentación, bienes, libros sociales y comprobantes contables.
Cuando la compañía está endeudada, la falta de contabilidad es una amenaza. Si los administradores ocultan información, el Reglamento permite: sanciones administrativas, denuncias civiles y penales, y la presunción de responsabilidad solidaria. Sin libros, el liquidador debe reconstruir la historia contable forense.
El inventario inicial es el documento más crítico del proceso y debe elaborarse dentro del plazo reglamentario (30 días contados desde la inscripción del liquidador). Su importancia es absoluta para como se hace la liquidacion de una empresa:
Fija la masa de bienes, derechos y obligaciones.
Determina la posición de los acreedores.
Define la hoja de ruta de la liquidación.
Una empresa deudora con contabilidad irregular requiere que el liquidador deje constancia detallada de toda falta o ausencia de información. Ese registro se convierte en evidencia contra los administradores.
Una de las preguntas más frecuentes es cuánto tarda en liquidar una empresa. La duración es variable, pero está marcada por un plazo concursal clave: los 60 días para acreedores.
Una vez publicada la resolución de disolución, el liquidador debe convocar a todos los acreedores para que presenten sus créditos en 60 días. Esta es la etapa que responde a la intención de "liquidación forzosa empresa deudora: derechos de los acreedores".
Durante el plazo, el liquidador registra, examina y califica cada acreencia según su legitimidad y cuantía. Para acreedores que no se presentan en plazo, la regla es dura: pierden la ventaja de la calificación temprana.
La liquidación forzosa no tiene margen de discrecionalidad. El liquidador debe pagar según el estricto orden legal de prelación:
Créditos laborales.
Obligaciones tributarias.
Acreedores con garantías reales.
Acreedores quirografarios.
Accionistas (si quedara remanente).
Ningún pago puede hacerse fuera de este orden sin incurrir en responsabilidad personal del liquidador. Como se liquida una sociedad mercantil se define por este orden.
La liquidación forzosa no es un castigo, sino una forma de limpiar el tejido societario. Permite esclarecer responsabilidades y cerrar el ciclo con transparencia.
El liquidador debe iniciar acciones civiles por daños, y si la evidencia lo amerita, demandas por mala administración o denuncias penales por ocultamiento contra administradores anteriores. No debe temer demandar; lo contrario sería una omisión grave.
El liquidador puede ser removido por la SCVS por negligencia o conflicto de intereses. El proceso termina cuando se agotan los pasivos o los activos.
Para como terminar una sociedad limitada o anónima con deudas, lo que queda después es la resolución de cancelación de la Superintendencia. Esta liquidación obligatoria permite pagar lo que se debe, proteger a los acreedores y asegurar un cierre legal y definitivo.
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